Poco vimos de la selección argentina esta noche ante Colombia, 11 jugadores en un rectángulo de juego sin ideas, con pocos espacios donde maniobrar y utilizar su arma más letal: Lionel Messi. El primer tiempo del partido comenzó con un gran trabajo de pressing por la selección de Colombia, ahogando a los argentinos para que perdieran la pelota y no crearan ocasiones de gol, esto duro casi 30 minutos, aunque en los últimos 15 con Colombia un poco bajando el ritmo, tampoco hizo la diferencia.
La segunda parte comenzó sin cambios, todos pedían a Pastore, un hombre que le podía dar a los albicelestes un poco de frescura, manejo, toque de balón y sin duda conexión entre las dos partes del equipo argentino que estaban totalmente rotas, el ataque y gestación de juego.
El “Checho” aposto por Gago, quien daría precisión y manejo a la media cancha pero que no sería ese jugador que llevaría el balón adelante y marcaria diferencias. Un Messi totalmente perdido y deambulando por el terreno, un “Apache” Tévez que fue espectador VIP los segundos 45 minutos y dos cambios que poco aportarían en el ataque, Agüero e Higuain.
Colombia por su parte seguía haciendo su trabajo, con Guarín vestido de crack haciendo de las suyas, maniobrando y hasta tirando caños, poniendo pases filtrados a sus compañeros, que por poca puntería o mala suerte terminarían desperdiciando. Radamel Falcao que sigue sin anotar pero haciendo un gran trabajo fuera del área, llevándose la marca para que aparezcan los famosos “llegadores”, esos que tanto daño hacen.
El partido dejo mucho que hablar, y quizás mucho que analizar, lo que todos vimos fue una selección gris, hinchas pidiendo “huevos” a los jugadores y un idealismo que quizás los está llevando al rumbo menos beneficioso.
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